Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Quicena
Situada en la Plaza de San Pedro Mártir de Quicena, se encuentra la Iglesia de La Asunción de Nuestra Señora, que pertenece a la Diócesis de Huesca y Arziprestazgo de Sesa-Berbegal.
Desde 2023, el párroco de la Iglesia de Quicena es el padre Kevin de Jesús Urbina Rodríguez (Nicaragua,1989), ordenado sacerdote en la Catedral de Huesca en 2021.
El horario de verano de misas para 2023 será los domingos, a las 11:45 de la mañana. El templo parroquial de Quicena podrá visitarse entre las 11:30 y las 11:45 horas, antes del comienzo del oficio.
El horario podrá variar en días festivos y patronales (para más información, contacte con el Ayuntamiento de Quicena
- Historia
- Listado de Párrocos de Quicena
- Exterior
- Interior
- Partes auxiliares
- Decoración y Patrimonio histórico
- Últimas donaciones
La iglesia fue mandada construir a expensas del abad de Montearagón, Pedro Cayetano Nolivos entre 1712 y 1731.
Hacia 1720, las ocupaciones de Pedro Sofí (maestro de obra) debían de ser numerosas, ya que el 16 de agosto renunciaba en escritura protocolizada a favor de José Los Arcos (maestro albañil) para que éste pudiese proseguir y concluir la fábrica de la iglesia de Quicena, que ya tenía “ajustada” el referido Sofí”
El abad Miguel Asín, entre 1765 y 1791, mandó dorar la custodia y el retablo de la Iglesia.
Un siglo después, en 1858, fue reparada por primera vez la iglesia y se añadió el módulo superior del campanario.
En la Guerra Civil (1936-1939), según cuentan los vecinos del pueblo, la Iglesia de Quicena fue asediada por el bando republicano. El retablo y muchas obras de arte que en ella se custodiaban fueron extraidas del tempo, apiladas en la plaza del pueblo y quemadas.
La iglesia tambien se quemó, y no se derrumbó por completo debido a los recios muros que la sustentan.
A finales del siglo XX se acometieron obras de restauración y consolidación como la Lonja y zona ajardinada a los lados, las puertas de madera de la entrada al templo y el servicio que está situado en la torre del campanario.
A principios de este siglo XXI, se han recuperado dos lienzos de gran valor artístico, diferentes obras que estaban en un almacén de la Parroquia, se ha pintado de blanco la nave y de rojo el presbisterio, y se han arreglado grietas y humedades.
En 2016, se arregó el reloj del campanario, dotándolo de un mejor mecanismo y sonido de las campanas. Ese mismo año, la Parroquia de Quicena recibió varias donaciones que han incrementado el patrimonio de la Iglesia. Entre estas donaciones, la más representativa, es la talla de la Virgen de la Asunción, cuya representación iconográfica no se hallaba entre la imaginería de la Iglesia.
LISTADO DE PÁRROCOS DE QUICENA
Gracias al Archivo Diocesano de Huesca, se sabe los párrocos que han servido en la Parroquia de Quicena desde finales del siglo XIX hasta nuestos días.
1882-1928 D. Cipriano Lanuza
1932 D. Enrique Bordetas
1935 D. Francisco Gazo Ferreiro
1939 D. Félix Santamaría
1940 D. Octavio Rin Martínez
1962 D. José Felipe Peñart
1963 D. Benito Oliveros
1979 D. José Ramón Villobas
1996 D. Rafael Ciria Ordás
2008 D. Macario Olivera Villacampa
2015 D. Joheman Domingo García Fuentes
2016 D. José María Alonso Sabaté
2016 D. Rafael Nieto Maldonado
2022 No hubo párroco asignado.
2023 D. Kevin de Jesús Urbina Rodríguez
EXTERIOR
De estilo Barroco, los muros son de sillería y ladrillo, con remates de ladrillo a modo de pequeñas ménsulas en el tejado. Su campanario cuadrado, está decorado con esquinas molduradas y rematado en la parte superior con un módulo de ladrillo con reloj y cúpula en pico, posiblemente añadidos en el siglo XIX.
Su lonja fue reconstruida entre 1999 y 2001 y las puertas de madera, al igual que la lonja, fueron restauradas y engarzadas en el pórtico de arco de medio punto con dovelas decoradas con casetones. Las tareas de restauración de las monumentales puertas fueron realizadas por la Carpintería Blasco de Quicena.
En la parte superior se puede apreciar el escudo de la Villa de Quicena, tallado en la madera.
La Iglesia Parroquial de Quicena es de planta basilical, de tres naves divididas en cuatro tramos cubiertos por bóvedas de lunetos y rematada con ábside cuadrangular.
Fotografía: Padre Joheman García
EL INTERIOR
EL ALTAR
El altar mayor está compuesto por una mesa de piedra con crismón en hierro en el que reza la inscripción: “Me acercaré al atar de Dios”. Además, de la sede del cura, un atril para apoyar las sagradas escrituras y un portavelas eléctrico.
En el presbiterio se ha colocado tres lienzos a modo de retablo que se utilizaban en la primera mitad del Siglo XX como marco móvil para los monumentos en la celebración de las misas de la Semana Santa quicenense. Los trabajos de restauración se llavaron a cabo en 2014, y la empresa que se encargó de restaurarlo ha sido Eco-Arte, mencionando a las restauradoras Clara Broto y Cristina Peñarroya, que hecieron un excelente trabajo.
El lienzo enmarca el Sagrario y la talla del Cristo Crucificado, que es la imagen más grande que posee la Iglesia de Quicena.
Entre las últimas donaciones recibidas, se encuentra la talla de la Virgen María del siglo XIX, cedida por Delegación de Patrimonio de Huesca. Esta talla se ha consagrado como la Virgen de Quicena y se ha situado a la derecha del altar.
- Talla de Nuestra Señora de los Dolores.
- Talla del Sagrado Corazón de Jesús.
- Cuadro de San Fabián y San Sebastián.
- Talla del Apóstol Santiago Matamoros, Patrón de Quicena.
- Talla de San José y el Niño.
- Talla de San Pedro Mártir, patrón de Quicena.
- Altar de Casa Clavero
- Altar del Pueblo de Quicena
- Altar de Casa Monzón
- Cuadros de Cristo portando la Cruz y de la Virgen de los Dolores.
- Talla de la Asunción de la Virgen sobre peana tallada a mano.
- Lienzo de tela que representa La Santísima Trinidad.
- Talla de Nuestra Señora del Pilar.
- Cuadro de la Nuestra Señora de la Merced con San Pedro Nolasco y 2 mercedarios.
- Talla de Virgen del Carmen con el Niño.
- Talla de San Antonio de Padua.
- Talla de San Isidro Labrador.
- Talla de la Inmaculada Concepción de María.
- Altar de la Casa Ciria
- Altar de la Casa Pardo
NAVE CENTRAL
Como se ha mencionado, en referencia al exterior de la Parroquia, las puertas de entrada están engarzadas en una portada de arco de medio punto.
A la derecha de la puerta nos encontramos con la pila bautismal en piedra arenisca, y custodiada por una reja de forja de hierro que data del año 1879.
A cada lado de las naves hay una benditera o pila benditera del mismo material que la pila bautismal, incrustadas en el muro de la parroquia, y posiblemente, fechadas en el mismo año.
La nave central está ocupada por bancos de madera, restaurados en 2014 y el suelo es de azulejos que imitan al granito en diferentes tonalidades. Las baldosas del altar son cuadradas con dibujo de cruz y la parte del altar y el escalón de acceso, están tapizadas en moqueta roja.
La sacristía se encuentra en la parte derecha del presbiterio, y a su entrada está la sede, que es un banco de tres plazas de madera.
PARTES AUXILIARES DE LA PARROQUIA
La Iglesia de Quicena cuenta con un servicio que se encuentra a los pies de las escaleras que suben al campanario y a derecha de las puertas de entrada hay un almacén.
DECORACIÓN Y PATRIMONIO HISTÓRICO
Se puede considerar que la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Quicena es austera en cuestión de decoración y no cuenta con un rico patrimonio cultural, pero posee una imaginería religiosa, que más que por su valor histórico, tiene un valor sentimental para todo el pueblo de Quicena.
Como se ha mencionado durante la descripción de las naves laterales, la Iglesia de Quicena tiene unos frescos pintados en sus muros que hacen función de retablos en cada tramo de las naves.
Sus paredes están pintadas de blanco y el presbiterio de un rojo intenso, realizado a principios de este siglo.
Antes de que se pintaran así, las paredes y columnas de la Iglesia estaba pintadas de blanco y color pastel, y el presbiterio de blanco, decorado con cuatro de las tallas que ahora están situadas en las naves laterales, formando una cruz.
En las columnas de la Iglesia están colgados en formato de cuadro rectangular, el Via Crucis, que se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura, a lo largo de las XV estaciones que lo componen.
La Iglesia también posee otras tallas de menor tamaño como un Sagrado Corazón de Jesús y una Virgen del Carmen (que están custodiadas en la Sacristía), el Niño Jesús junto al altar y Santa Teresa de Jesús custodiando los oracionarios.
-
Initium sancti evangelii, secundum joannem
-
Sacerdos, cum lavat manus dicat
-
O Sacrum Convivium
-
Sacerdos Infundit Vinum
-
SACERDOS LAVAT MANUS
ÚLTIMAS DONACIONES
En las últimas donaciones, en 2016 recibió la Iglesia de la Asunción de Quicena, un armonio o harmonium cedido por la Catedral de Huesca, y que está en perfecto estado.
Un peana de suelo de madera, la sede sacerdotal y el confesionario, recuperados por la restauradora María Josefa Escar, al igual que los nuevos tapizados del mobiliario.
La primera, que data del siglo XIX, se consagró en mayo de 2016, y se la ha llamado Virgen de Quicena. La segunda, esculpida en 2015 por el escultor zaragozano Santiago Osácar, y consagrada en julio de 2016, fue la Virgen de la Asunción de Quicena o la Virgen de la Corona de Perlas, ubicada en la pilastra izquierda del altar..
En 2017, se donaron dos ángeles querubines italianos que se han colocado a cada lado del altar, a modo de ángeles custodios.
Además, se adquirió un azulejo con la inscripción del nombre de la Iglesia en fondo blanco y, letras y borde en azul cobalto, con medida de 30 x 30 cm., realizada por Artesanía Aliaga en el que reza la inscripción:
+
IGLª PARROQUIAL
ASUNCION Nª Sª
SIGLO XVIII
En marzo de 2021 se donaron un grabado de la Virgen del Monasterio de Veruela, tres de Santa Isabel de Portugal de diferentes artistas, un Cristo Crucificado en ámbar de México datado en 1983 y una Inmáculada sobre serpiente en óleo sobre tabla datada en 1950.
En 2023, se han incorporado tres obras religiosas más a la parroquia de Quicena; La talla de San Antonio con en el niño, la talla de Santa Teresa de Jesús y la Piedad con Cristo yacente en óleo sobre lienzo (120 x 140 cm) del pintor zaragozano, José Baqué Ximénez (1912-1998), uno de los pintores más sólidos de la pintura aragonesa contemporánea.