Tradiciones recuperadas

 

• Durante todo el año, y una vez al mes, pasa de casa en casa la imagen de "La Virgen del Perpetuo Socorro", enmarcada en una vitrina con puertas de madera. Es la mujer de la casa donde está custodiada la virgen, la encargada de limpiar la iglesia de Quicena. A estas mujeres se las denomina mairalesas.

• El 20 de enero se hace la "Hoguera de San Fabián", prendiendo una hoguera en el centro de la Plaza Sancho Ramírez de Quicena en honor al santo, a quién se le recurría contra la peste y las epidemias.

• En la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Quicena se han restaurado dos lienzos a modo de retablos que se usaban para la Semana Santa en Quicena en los siglos XIX y XX. En 2014, uno de los lienzos, se colocó en el Presbiterio a modo de Retablo Mayor, y el otro lienzo, en 2015, se ha utilizado por primera vez para colocar el Monumento.

• El primer día de Mayo se hace la romería a la ermita del Viñedo, situada en Loporzano (Huesca).

• Hasta principios del siglo XX, subían los habitantes de Quicena junto con los de Loporzano, en romería a la Iglesia del Castillo de Montearagón. En mayo de 2017, se ha recuperado una antigua romería que el pueblo de Quicena hacía en honor a San Isidro, patrón de los campesinos y agricultores

 

• Es tradición, el último domingo de Mayo, hacer una romería a la ermita de Salas (Huesca). Se escucha una misa oficiada por el párroco de Quicena, y luego se prepara una comida al aire libre con los vecinos del pueblo de Quicena.

  


 

• El 25 de Julio, festividad de Santiago, Patrón Mayor de Quicena, se llevan a cabo las fiestas mayores del pueblo. En este día, desde 1996, se han recuperado tres tradiciones que se hacían antaño:

• El primer domingo de septiembre se celebra La Fiesta de la Cofradía. Esta fiesta se celebraba hace tiempo con el fin de que los cófrades pudieran recaudar algo de dinero para cubrir posibles necesidades de las casas más humildes del pueblo. Se celebraba el primer domingo del mes de septiembre, y consistía en un "RELEO" o subasta de carne, generalmente de cordero y asada previamente, y dividida en "pizcas" o lotes. Se hacía en la plaza, y en muchos de los lugares donde se sigue haciendo, los cófrades están obligados a pujar por algún lote, bajo pena de sanción en caso de no hacerlo. Tras el releo, se hacía una hoguera, y el que quería, se hacía su cena en la hoguera.