Quicena y El Castillo de Montearagón (Huesca) : Historia y cultura de un pueblo
Quicena
Histórica y Cultural

Castillo de Montearagón


 

ACCESO AL PÚBLICO CERRADO POR OBRAS DE RESTAURACIÓN 2021/2022



Fotografía: Angel Violeta

Descripción 

El Castillo Abadía de Montearagón se localiza en la localidad de Quicena. Fue fundado por Sancho Ramírez en el año 1085 y posteriormente cedido por Pedro I a la orden de San Agustín. Este castillo abadía alcanzó su época de mayor esplendor en el siglo XIV, siendo un importante núcleo económico y político.


Fotografía: https://www.altoaragon.org/


En su seno se fundó una Capilla Real
, circunstancia por la que se produjo el traslado al recinto de canónigos regulares de Jesús Nazareno desde Loarre, que determinó el matiz monástico del lugar. Se convirtió en un gran centro monástico durante la Edad Media, llegando a ser en el siglo XVI un importante centro espiritual del que dependían más de un centenar de parroquias de la comarca.

 Visualización de la Iglesia del Castillo de Montearagón



Se trata de un recinto amurallado de gran extensión, flanqueado por torres, de piedra oscura y sillería bien tallada. Al recinto se accedía por una rampa que rodeaba el edificio y que terminaba en una portada situada en el lado Sur. La puerta consistía en un arco de medio punto situado bajo una torre. El patio central conserva restos del aljibe y antiguas construcciones pertenecientes a la abadía como el claustro, la biblioteca, el refectorio...




La abadía se construyó entre los siglos XII y XIII. Fue un palacio de planta rectangular hoy muy deteriorado a pesar de la restauración que se llevó a cabo en el siglo XVII. La iglesia se sitúa en el lado Norte. Fue consagrada por Pedro I en 1099.




Fue reformada en el siglo XV y en el siglo XVIII. Cuenta con cabecera semicircular al interior y plana al exterior. Es de gran interés la capilla románica con ábside semicircular y cubierta con bóveda de medio cañón. Contiene además una pequeña cripta donde, al parecer, se conservó el sarcófago de Alfonso el Batallador.

 


El interior albergaba un retablo, labrado en 1506 por Gil de Morlanes, que fue trasladado a la catedral de San Salvador de Huesca. Se conserva una sala o estancia cubierta con bóveda estrellada que debió ser la sacristía. La iglesia tiene, además, una capilla inferior, o cripta, denominada Santa María de "baixo terra", con una bóveda de medio cañón y fábrica también románica.

El conjunto se completa con una Torre del Homenaje, es decir, la que contenía los acondicionamientos necesarios para servir de refugio en tiempo de guerra. Está adosada al ábside de la capilla. No destaca mucho en altura del resto de la edificación y se remata con un campanario de época posterior a su construcción. La cubierta original era una techumbre a cuatro aguas. Se ilumina gracias a saeteras y ventanas con arco de medio punto. Debió tener tres plantas a las que se accedía por una escalera adosada al muro.

En el Museo de Huesca se guarda un capitel procedente de uno de sus claustros.



Fotografía: A. García Omedes

Se conserva el horno que pertenecía a la tejería y en el que se cocían las tejas. Se sitúa en un terreno en desnivel, presentando una planta cuadrangular, construido en buena sillería al exterior y en ladrillo al interior. En su frente se observan dos grandes contrafuertes que ayudaban a sustentar la construcción.

En su parte baja se abre la boca, en forma de arco de medio punto, que lleva a una abertura más pequeña en ladrillo por el que se introducía las tejas.

Al lado se observan los escasos restos de lo que parece que era una edificación que se utilizaba como almacén.



 En sus muros pueden apreciarse signos lapidarios o marcas de cantero, que se han descubierto mediante investigaciones recientes de Griptografía (ciencia que estudia los grabados en piedra), y que pueden ayudar a profundizar en la historia del Castillo de Montearagón. 



Fotografía: Armando Biendicho en www.signoslapidarios.com


Historia

Construcción original, Siglo XI

Sancho Ramírez de Aragón y Navarra emprende la conquista del reino de Osca a finales del siglo XI. Con un fin puramente defensivo, Montearagón fue fundado por Sancho Ramírez en el año 1085, posteriormente fue cedido por Pedro I a la orden de San Agustín. La construcción del monasterio finalizó en mayo de 1088.


 

La abadía de Montearagón fue siempre libre de toda jurisicción eclesiástica y civil, sujeta inmediatamente a la Santa Sede por la bula papal Justa fidelium fechada en Roma el 1 de Julio de 1089, el feudo poseía más de cien parroquias en Aragón y Navarra y el abad y canónigos eran señores temporales de unos veintiocho pueblos.

El monasterio tuvo al frente a importantes abades miembros de la nobleza y la corona, como el Abad Jimeno, el primero, nombrado por el papa Urbano II en mayo del 1098. Su sucesor fue el Abad Fortuño en 1119 y más tarde el abad Berenguer hermano del rey Alfonso II , elegido en 1168. Tras la renuncia de Berenguer será abad su sobrino, el Infante Fernando de Aragón hijo del Rey Alfonso II y la reina Sancha de Castilla.

Por designios del monarca, en sus aledaños se construyó la Villa de Montearagón que en su primer uso y función alojaba los ejércitos del rey, situaba así Sancho I, todo este baluarte cristiano cerca de Huesca. 

En el año 1175, el papa Clemente V otorgó a sus abades, muchos de ellos hijos de los reyes de Aragón, el privilegio del uso de la mitra. 

Durante la Edad Media llegó a ser la abadía más rica y poderosa de Aragón.




Destrucción, Siglo XV

En 1413 el conde de Urgel ayudado por el señor Antón de Luna, se adueñó del castillo y el rey mandó a Pedro de Urrea para la defensa de la Villa. Consecuencia de esta contienda fue la desaparición de la próspera Villa de Montearagón que protegía el castillo.

El 14 de septiembre de 1477 la iglesia de Montearagón padeció un fuerte incendio que en pocos minutos redujo a cenizas el retablo, el órgano, los libros, los ornamentos y enseres litúrgicos, salvándose únicamente las reliquias, ya que el fuego afectó sólo parcialmente a las cajas que las contenían, así como una imagen de Jesucristo, juez del mundo, que saltó con el calor, antes de incendiarse, y quedó sin ninguna señal del fuego.



Inserción de elementos muebles, Siglo XVI

Tras el incendio, se sustituyó el retablo desaparecido por el retablo mayor labrado en 1506 por Gil de Morlanes el Viejo. Actualmente en la Parroquieta de la catedral de Huesca.

Entre 1520 y 1525, Miguel Servet
llegaría al Monasterio de Montearagón para ampliar sus estudios en Lenguas Clásicas, Historia, Geografía, Matemáticas y Religión. 

 


En 1550, el pintor italiano Tomás Peliguet, pintó el Retablo de las Almas, custodiado en la actualidad en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, debido a la desamortización del siglo XIX.

Cese de uso, Siglo XIX y principios del siglo XX

La época de oro del monasterio-abadía de Montearagón se extendió hasta 1571, año en que por la Bula “Sacrosancta Romana Ecclesia”, del Papa San Pío V, se reorganizó la Iglesia en el Alto Aragón y se crearon las diócesis de Jaca y de Barbastro, desmembradas de la de Huesca. Para compensar a la diócesis de Huesca por las pérdidas habidas en la desmembración, el castillo-abadía de Montearagón hubo de ceder a Huesca y Jaca casi todos sus territorios, en los cuales anteriormente ejercía verdadera jurisdicción, pues el Obispo de Huesca, dentro del territorio de Montearagón, sólo tenía reservadas la consagración de las iglesias, la ordenación de los clérigos y la percepción de 1/4 de los diezmos. Es más, una docena de pueblos sitos en torno al Castillo, estaban exentos de entregar esa parte alicuota al Obispo oscense.

Las rentas del castillo-abadía de Montearagón llegaron a duplicar a las del obispo de Huesca y superar los 40.000 sueldos anuales. No puede extrañarnos que en esa situación Montearagón fuera una pieza eclesiástica codiciada y que contara entre sus abades a personas muy ilustres por la alcurnia de su sangre y por el relieve intelectual y social.

Pero en la desmembración del 18 de junio de 1571, Montearagón resultó el gran perdedor, ya que su jurisdicción quedó reducida a la abadía y a los pueblos de Tierz, Quicena y Fornillos, más algunas rentas en otros predios. Y aunque los rectores del castillo-abadía reclamaron con cierta insistencia para mejorar la suerte de Monteargón y recuperaron algunas rentas, éste ya no recobró el poderío y el esplendor de antaño. Todavía más, el castillo-abadía de Montearagón estuvo 13 años, -entre 1574 y 1587-, sin abad y 21 años, -entre 1574 y 1595-, sin canónigos, pues en la reorganización de la Iglesia en el Alto Aragón los 3 canónigos y 10 racioneros de Montearagón se integraron en la Catedral de Huesca, observándose en la integración el orden de antigüedad que tenían en el monasterio-abadía.

La santa misa y los oficios divinos no se interrumpieron en la iglesia de Montearagón, porque Felipe II, en cuyas manos quedó el destino del castillo, nombró dos gobernadores, uno para la dirección espiritual y otro para los asuntos económicos, y seis capellanes para continuar la liturgia hasta que fuera restablecido el cabildo, lo que se hizo por bula del Papa Clemente VIII de fecha 30 de marzo de 1595. Empezaba una nueva época en la abadía-monasterio y se iniciaba la decadencia del mismo.

La Guerra de la Independencia, con dos saqueos del ejército francés, un abultado impuesto de guerra, la destrucción parcial del edificio y la obligada ausencia de los canónigos, que durante cinco años se refugiaron en Huesca, hirió de muerte al monasterio.


La actividad de la abadía de Jesús Nazareno continuó hasta la desamortización de Mendizábal en 1835. Fue vendido por una cantidad mínima y poco después sufrió un incendio que provocó importantes desperfectos así como su abandono definitivo y degradación.



En la guerra civil de 1936, la guarnición militar de Huesca escogió el castillo de Montearagón, junto con la próxima loma de Estrecho Quinto y el pueblo de Siétamo, como lugares estratégicos para la defensa de Huesca, pero sucumbieron ante el ataque de las columnas populares a final de septiembre de ese año 1936. Naturalmente el edificio padeció en el asedio y, luego, en la profanación, La iglesia y la tumba del infante Fernando fueron profanadas y prácticamente destruidas. 

Declaración

El Castillo de Montearagón fue declarado Monumento Histórico-Artístico mediante Decreto de 3 de julio de 1931.

En abril de 2006 el Departamento de Educación, Cultura y Deporte aprueba la relación de Castillos y su localización, considerados Bienes de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés.

El Boletín Oficial de Aragón del día 20 de junio de 2007 publica la Orden de 29 de mayo de 2007, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se completa la declaración originaria de Bien de Interés Cultural del Castillo de Montearagón, conforme a la Disposición Transitoria Primera de la Ley 3/1999, 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés, incluyendo la delimitación del bien y su entorno de protección.

Resolución de 20 de diciembre de 2017, de la Secretaría General Técnica, por la que se publica el Convenio con el Ayuntamiento de Quicena, por el que se encomienda la gestión de actividades relacionadas con el acceso al público, realización de otras actuaciones, vigilancia, control, mantenimiento básico y promoción del Castillo de Montearagón.


Restauraciones

Restauración (1995 / 1998)

En 1995 se realizan tareas de desescombro y se afianzan elementos en las fachadas norte y oeste. El coste de esta actuación tuvo un presupuesto de 60.000 euros. En 1996 se retiran escombros y se consolida la bóveda y cubierta de la iglesia. El coste de la intervención fue de 90.000 euros. En 1998 se restauran y consolidan la Torre del Homenaje, la cabecera de la iglesia, la bóveda de la cripta y se excavó en la parte sur del claustro. El importe de la restauración fue de 335.615 euros.


Fotografía: Carlos Garcés

Restauración (2002 / 2006)

En 2002 se restaura el interior de la iglesia. También se consolidan las fábricas de los lienzos situados en los lados este, sur y norte del castillo. El presupuesto de la intervención fue de 440.000 euros. 

En 2006 se invierten 428.000 euros en obras de consolidación. Durante esta actuación se hallaron muros de nuevas habitaciones de la zona dedicada al ganado y un hueco de cuatro metros de profundidad dentro de la torre.

Restauración (2010)

Se aprueba en Consejo de Ministros la resturación de urgencia del castillo de Montearagón, consistente en la reparación de la fábrica histórica, limpieza del entorno y tratamiento de huecos deteriorados. El presupuesto para la restauración es de 199.956 euros.


Fotografía: Angel Violeta

Consolidación y Restauración (2017 / 2018)

En octubre de 2014, el ICE contrató un Estudio y Dictamen Técnico y Arqueológico del castillo de Montearagón. Esta prospección era necesaria para redactar un proyecto de obras de consolidación y restauración, que en 2017 salió a concurso. Ya ha finalizado el plazo para la presentación de ofertas. Una vez que se adjudique, la empresa elegida tendrá un plazo de seis meses para redactar el proyecto. El coste de las obras podría rondar el millón de euros.



Los trabajos se concentrarán en intentar consolidar el cerro, evacuar humedades y colocar tejados en algunos puntos donde penetra el agua. Además, habrá que hacer que la visita de un ciudadano al castillo sea segura eliminando algún peligro de caídas a distinto nivel y señalizando qué es lo que se está viendo.

En todo caso, estas no se percibirán a simple vista ya que Montearagón continuará siendo una ruina, pero afianzada y que pueda visitarse.




El Ayuntamiento de Quicena ha logrado que el Ministerio de Cultura le ceda la gestión del Castillo de Monteragón, que no la propiedad. El Ayuntamiento de Quicena se encargará del mantenimiento, vigilancia y promoción del Castillo. La firma de esta cesión y el traspaso de sus competencias se produjo el martes, 8 de noviembre de 2017, en la Capilla de Jesús Nazareno del Castillo Abadía de Montearagón.

 

 Visualización del Castillo de Montearagón

 
Documentos sobre el Castillo de Montearagón:

 Montearagón : Un patrimonio por recuperar

 Postal del Castillo de Montearagón (años 80's)
 Postal del Castillo de Montearagón (1997)
 Postal del Castillo de Montearagón (2001)

 
Grabado Castillo de Montearagón

 Vista 360º Castillo de Montearagón
Castillos de Aragón (Infantil)
Castillo de Montearagón 

2019 Exposición Panteón Reales de Aragón 
Sierra de Guara
2019 Calendario 
2018 Montearagón es el protagonista
Firma del traspaso de la gestión del Castillo de Montearagón al Ayuntamiento de Quicena
Quicena logra la gestión parcial del castillo de Montearagón
Montearagón, valiosa joya medieval, reliquia maltrecha 
Invitación 2017 Firma del convenio entre Ministerio de Cultura y Ayuntamiento de Quicena
El Abadiado de Montearagón
Catálogo Monumental de España : Quicena. p. 87
Los tres trabajos de Miguel Altué (1568-1584)
Castillos de la Hoya de Huesca
Honores, tenencias y fortalezas en la segunda mitad del siglo XI
Expansión territorial de Aragón: La afirmación del Reino (1064-1104)
Castillo-Abadía de Montearagón
El Castillo de Montearagón (Huesca)
Día d'Aragón
Montearagón 01
Montearagón 02
Montearagón 03
Montearagón 04
Ensoñaciones de Montearagón
Discurso de la fundación y estado de la real casa de Montearagón
El Monasterio de Montearagón por Ricardo del Arco
El castillo de Montearagón o real casa de Montearagón

El obituario de los abades de Montearagón
Avance de los estudios sobre el Castillo-Convento de Montearagón
Cinco documentos del Infante Don Fernando, Abad de Montearagón
Aportaciones a la onomástica medieval aragonesa: Documentos de Montearagón (1058-1205)
Documentación sobre el Castillo de Montearagón conservada en la Sección de Comptos del Archivo General de Navarra (1205-1454)
Arrendamiento de los Frutos del Abadiado de Monteragón en 1550-1553
Los Estatutos de la Real Casa de Montearagón (1632)
Obras en el monasterio de Montearagón (1859-1870)
Signos lapidarios en el Somontano oscense
Castillo de Montearagón - Fernando Cobos (Estudio de arquitectura) - Premio Leche el Castillo