Quicena y El Castillo de Montearagón (Huesca) : Historia y cultura de un pueblo
Quicena
Histórica y Cultural

Villa de Montearagón


La villa de Montearagón fue fundada por el propio rey para alojar sus tropas y existió como villa del castillo hasta parte del siglo XV, llegando a incluir una judería.

La villa fue poblada por los soldados del rey, y este les concedió los lugares de Miquera, Cellas, Alborge y Piazols, pertenecientes a la ciudad de Huesca, pero en 1102, estos lugares fueron restituidos por el rey Pedro I de Aragón ante una Concordia entre el obispo de Huesca y el segundo Abad de Montearagón, Eximino. 

La importancia del castillo-abadía fue creciendo tanto en lo espiritual como en lo socioeconómico y político, llegando a su máximo esplendor cuando, en 1391, Juan I les vendió el señorío de 24 lugares por 1000 florines de oro.

   

En 1413, durante los conflictos que siguieron a la elección en Caspe de Fernando I, el Conde Jaime de Urgel ayudado por el aragonés Antón de Luna se adueñó del castillo, escalando sus muros, y lo guarneció con soldados bearneses (Región de Béarn, Francia) e ingleses. Pero el ejército real mandado por Pedro Urrea, dirigiendo la defensa Pedro de Canales, logró la libertad de los sitiados.

"Martín de Pomar que estaba por capitán de la ciudad de Huesca luego fue a poner sobre él. Y de los que estaban en el Castillo de Loarre se entraron en el de Montearagón hasta cuarenta lacayos. Y al día siguiente pelearon los del Castillo con los que lo tenían cercado, y fue herido Martín de Pomar de un pasador. Y los del Castillo entraron en un barrio del lugar y lo quemaron; y pelearon de manera que hubieron los de Huesca de desamparar el cerco"

Como consecuencia de esta guerra desapareció la floreciente villa que se había formado bajo la protección del Castillo.